En este caso, el Ministerio de Defensa abonó a Tragsa 430.000 euros (71 millones de las antiguas pesetas) por obras realizadas allí.
El contrato de Zaragoza fue adjudicado por el Ministerio de Defensa -que en ese momento dirigía la socialista Carmen Chacón- a la sociedad pública Tragsa (Transformación Agraria S.A.) de forma directa, en vez de sacarlo a concurso. El importe de las obras ascendió a 1.355.000 euros y consistió en la construcción de un polígono de combate en este campo de maniobras, según reveló ABC de Aragón el pasado domingo en su edición impresa.
El Tribunal de Cuentas considera que el contrato fue irregular porque se contravino un precepto elemental: que la encomienda de gestión realizada a una empresa pública se haga para servicios u obras que encajen en las funciones que le son propias a la empresa pública en cuestión. Y no era el caso. Como subraya el órgano fiscalizador, los estatutos de Tragsa definen con claridad que su ámbito de actuación son «obras, trabajos y prestación de servicios agrícolas, ganaderos, forestales, de desarrollo rural, de conservación y protección del medio natural y medioambiental, de agricultura y de pesca, así como los necesarios para el mejor uso y gestión de los recursos naturales». Nada que ver con construcción de campos militares de maniobras.
Informe desfavorable
En 2010, cuando se tramitó el encargo a esta sociedad pública (controlada por el Ministerio de Medio Ambiente) de construir un campo de combate en Zaragoza, incluso desde los servicios jurídicos del Cuartel General del Ejército de Tierra se emitió un informe desfavorable a dicho contrato. Sin embargo, se obvió dicho informe y se formalizó el contrato sin sacarlo a concurso y someter las obras a la «concurrencia competitiva».
El Centro Nacional de Adiestramiento del Ejército (CENAD) de «San Gregorio» es el principal campo de maniobras del ejército español. Ocupa 34.000 hectáreas de superficie y está situado en las afueras de Zaragoza. Sus terrenos abarcan parajes de varios términos municipales, incluido el de la capital aragonesa.
En él se realizan pruebas de armamento y material de Defensa, y suele ser utilizado también en maniobras conjuntas con fuerzas armadas de países aliados, lo mismo que ocurre en el campo de maniobras de Chinchilla.