OTAN Game Over
El 22 de marzo un millar de personas de todo Europa (también de València, Elx, Bilbao, Albacete, Cádiz, Madrid y Barcelona) intentaron entrar en el cuartel general de la OTAN en Bruselas para pedir la desaparición de la Alianza y el fin de sus juegos de guerra. La inspección ciudadana forma parte de ese movimiento internacional contra las infraestructuras militares. En València, la campaña por el desmantelamiento de la base de Bétera y la devolución de sus terrenos para darles un uso social y ecológico está en marcha desde 2001. Manifestaciones, marchas, sentadas, encadenamientos, parodias e incluso el bloqueo en 2004 de un tren de la base que se dirigiría a una maniobras. Y ya van cinco inspecciones. Este año, acciones similares se harán de nuevo en otras bases militares españolas.
Desobediencia civil
Cuando un crimen como la guerra y su preparación se ampara en la ley y el secreto, es legítimo desobedecer para llamar la atención y sacarlo a la luz pública. Entrar dentro de la base de la OTAN es una acción de desobediencia civil, y sobre el papel, puede ser castigada como un delito de “allanamiento de instalación militar”. En la práctica la peor de las consecuencias podría ser una detención policial de algunas horas. Pero, de hecho, en los 5 años anteriores no se ha pasado de las habituales identificaciones y un par de multas leves. No es casualidad. Según sentencias del Tribunal Supremo en acciones similares, estas “no son constitutivas de ilícito penal militar“, y recientemente un Juzgado de Llíria absolvió a todos los inspectoras e inspectores en 2006 de una falta por “desobediencia leve”, considerando “legítima” su acción.
Si vienes solamente a la marcha a pie desde el pueblo hacia la base las posibilidades son todavía más remotas.
Programa: 17 de mayo, 11h.: Pasacalle y marcha a la base. Bétera, Alameda
Cómo llegar:
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