Son ya tres años los que llevamos aquí, domingo al mes tras domingo al mes. Hemos tratado de pedir a la sociedad que se motive contra la guerra dándonos cuenta cada vez más que solo éramos la voz que clama en el desierto. Hemos visto por el contrario como, justo en este tiempo, Albacete se ha convertido en una ciudad altamente militarizada y su sociedad civil orientada a la aceptación de la guerra como un sistema de producción y de sustento necesario, un mal "menor" inevitable. Los partidos políticos mayoritarios y sindicatos han demostrado su unanimidad en aceptar esta situación como un gran beneficio. La oposición política ha sido débil y temerosa. La actitud de la sociedad civil ciega y desinformada.
Sin embargo para nosotros ha sido un tiempo de una gran riqueza informativa y de contacto con otros colectivos tanto locales como estatales e internacionales, incluido el mundo islámico necesariamente. Hemos investigado alrededor de cuarenta conflictos armados de los casi ciento cuarenta registrados en nuestros comienzos, siempre hemos encontrado a los poderosos ejércitos occidentales por medio (EE UU y Otan) incluidas, a veces, las fuerzas de pacificación de la Otan (cascos azules, como en África). Siempre hemos encontrado unas relaciones vitales destruidas y una población civil masacrada, objetivo militar.
Ha sido un tiempo también para concluir que decir «No a la guerra» se convierte en una declaración peligrosa, en un ataque a la estabilidad social, a nuestro sistema económico, por tanto a nuestra subsistencia; a la corrección política, por tanto los declarantes deben ser estrechamente vigilados ya que constituyan el caldo de cultivo de la contestación al Estado, garante del establecimiento del odio y del desamor necesario para continuar la sociedad de pillaje y de la muerte.
Respirar este medio vital diario y cotidiano convierte al ser humano de cualquier nivel social en un truhán al servicio de la más baja condición de la existencia.
Decir «Parad la guerra» se convierte en un imperativo sin destino, mas propio de los libros de la caballería andante que una expresión de dolor y miedo. La guerra ha dejado de ser uno de los jinetes del Apocalipsis para convertirse en un acaudalado en su cádillac.
En fin, tras volver a denunciar hoy las inestabilidades armadas esta vez en países como Irán y Honduras, ambos en el punto de mira del mundo de la usura que reina en el espíritu occidental, hemos decidido hacer un paréntesis de esta actividad de encuentro público los primeros domingos de cada mes, a la ocho de la tarde ante la esfinge de la Bicha de Balazote, que queda como nuestro símbolo en esta experiencia. No hay que olvidar que esta experiencia ha sido heredera de otra anterior que procede de colectivos ligados al MOC.
Estos años no han sido sino la preparación y entrenamiento para la próxima fase del esfuerzo por una sociedad que no necesite la guerra para vivir en paz.
Paremos la guerra.
Publicado por La Verdad el 6 de Julio.
Sin embargo para nosotros ha sido un tiempo de una gran riqueza informativa y de contacto con otros colectivos tanto locales como estatales e internacionales, incluido el mundo islámico necesariamente. Hemos investigado alrededor de cuarenta conflictos armados de los casi ciento cuarenta registrados en nuestros comienzos, siempre hemos encontrado a los poderosos ejércitos occidentales por medio (EE UU y Otan) incluidas, a veces, las fuerzas de pacificación de la Otan (cascos azules, como en África). Siempre hemos encontrado unas relaciones vitales destruidas y una población civil masacrada, objetivo militar.
Ha sido un tiempo también para concluir que decir «No a la guerra» se convierte en una declaración peligrosa, en un ataque a la estabilidad social, a nuestro sistema económico, por tanto a nuestra subsistencia; a la corrección política, por tanto los declarantes deben ser estrechamente vigilados ya que constituyan el caldo de cultivo de la contestación al Estado, garante del establecimiento del odio y del desamor necesario para continuar la sociedad de pillaje y de la muerte.
Respirar este medio vital diario y cotidiano convierte al ser humano de cualquier nivel social en un truhán al servicio de la más baja condición de la existencia.
Decir «Parad la guerra» se convierte en un imperativo sin destino, mas propio de los libros de la caballería andante que una expresión de dolor y miedo. La guerra ha dejado de ser uno de los jinetes del Apocalipsis para convertirse en un acaudalado en su cádillac.
En fin, tras volver a denunciar hoy las inestabilidades armadas esta vez en países como Irán y Honduras, ambos en el punto de mira del mundo de la usura que reina en el espíritu occidental, hemos decidido hacer un paréntesis de esta actividad de encuentro público los primeros domingos de cada mes, a la ocho de la tarde ante la esfinge de la Bicha de Balazote, que queda como nuestro símbolo en esta experiencia. No hay que olvidar que esta experiencia ha sido heredera de otra anterior que procede de colectivos ligados al MOC.
Estos años no han sido sino la preparación y entrenamiento para la próxima fase del esfuerzo por una sociedad que no necesite la guerra para vivir en paz.
Paremos la guerra.
Publicado por La Verdad el 6 de Julio.