En la Plataforma hay mucho ateo hasta la médula, mucho anarquista... y también mucho creyente, y gente de izquierdas, gente de derechas, gente de centro... y gente de su padre y de su madre, pero tod@ compartimos, en mayor o menor medida, las palabras de Adolfo Pérez Esquivel. Creemos que es todo un logro el haber contactado con él y que haya tenido la deferencia de dedicarnos este escrito.
Se lo agradecemos de todo corazón y ahora lo compartimos contigo. Felices Fiestas.
Los cristianos celebramos la Navidad, es el advenimiento del niño Jesús que desde su humildad dio a la humanidad la luz de la Vida y la Paz.
Llegamos a fin de año y tratamos de hacer un balance sobre el camino recorrido en nuestra vida personal, en el país y el mundo, analizando las luces y sombras que vivimos, los pasos que vamos dando y tratando de corregir errores.
En ese caminar compartimos diversas vertientes, culturas, políticas y religiones; algunos herman@s desde su comprensión y opción dicen no tener fe, no creer en Dios, la religión no va con su forma de pensar y comprender la vida. Afirman creer en el ser humano, en los avances de la ciencia y la tecnología, reconocen que no existe lo definitivo y donde todo fluye en la aceleración del tiempo y espacio
Tal vez esas miradas distintas nos conducen al mismo lugar; unos desde la fe y el sentido de trascendencia y otros desde su comprensión de vida. Son personas maravillosas, compañer@s de caminada que asumieron un compromiso concreto y dedican sus vidas al servicio de los más necesitados, los pobres, los indígenas, los campesinos, los chicos y chicas que viven en el margen de la vida.
Para los cristianos la Navidad es beber en la fuente de la Vida, en la oración, la meditación siguiendo la luz del Evangelio. Al escribir y saludarles fraternalmente a través de ésta carta para desearles una buena Navidad, a creyentes y no creyentes, tuve en cuenta mensajes, interrogantes, preguntas y afirmaciones como: "Dios no existe. No creo en Dios; creo en el hombre, en la humanidad, en lo concreto".
Son herman@s agnósticos o simplemente personas descreídas que perdieron la confianza y que viven su duda existencial, como ese sacerdote que oraba y pedía a Dios: "Señor, Señor, haz que crea en ti". Un amigo decía que: "las religiones a través del tiempo enfrentaron a las personas y los pueblos, generaron los fundamentalismos y provocaron guerras, muertes y destrucción a la humanidad. En lugar de "re-ligar"-unir, han dividido y enfrentado al mundo y hasta el día de hoy sufrimos esos males. Si Dios existe está ausente o en el destierro de la vida de la humanidad. Dios no puede permitir tanto dolor, las ausencias intencionadas, incluso de aquellos que dicen ser religiosos y cometen crímenes de lesa humanidad, en nombre de Dios.
Luther King, decía qué: "no le dolía tanto la acción de los malvados, como el silencio de los buenos".
"La experiencia de Dios nos lleva a un punto donde ya no es posible hablar de Dios. El silencio es la única actitud adecuada". Los antiguos maestros enseñaban: "Cuando mayor es la duda, más grande es el despertar; cuando menor es la duda, más pequeño es el despertar. Cuando no hay duda, no hay despertar" (T. Merton).
"Al ocuparse del Zen, uno no sabe si camina o está sentado"
¿Cómo entender aquello que no vemos y no comprendemos? La sensación de duda, no es suficiente. Es necesario perforarla.
Necesitamos mirar a nuestro interior a nuestra mente y corazón. Mirar a nuestra herman@ indígena, campesin@, al pobre; mirar el rostro de ese niño en el que están más de 35 mil niños condenados a muerte por día de hambre y a quienes les robaron la vida, la sonrisa y la esperanza. En cada rostro puedes reconocer a Dios.
"Dietrich Benhoeffer, estando prisionero en un campo de concentración nazi y donde los guardias obligan a todos los presos a asistir a la ejecución de tres condenados. Al lado de Dietrich, alguien susurra: - Y Dios, ¿dónde está?
Y él, que es teólogo, señala a los ahorcados que se balancean a la luz del amanecer:
-Ahí.
Días después llega su turno" ( E. Galeano)
Y siguiendo a Galeano, nos indica el rumbo: "Navega el navegante, aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían". Somos hijos e hijas de las estrellas y tal vez, si logramos hacer el vacío y silencio interior, abrir la mente y el corazón para que entre la luz, la Estrella de Belén se acerque a compartir con cada un@ el pan que alimenta el cuerpo y el pan que alimenta el espíritu y la libertad que nos da la fuerza de Amar.
En Navidad siempre ponemos un plato más en la mesa y esperamos con esperanza que, tal vez algún día, a Dios se le ocurra acercarse y cenar con nosotros y contigo. ¿Cuál es su rostro?- Cuando llegue ese momento, te cuento. Puede ser un indígena, un niño de la calle, un campesino, un joven, una mujer. Tal vez un religios@, un musulmán, un judío, un budista, un evangélico, un católico, un agnóstico, un sufí, un desconocid@ que nos ilumine los caminos de la Paz.
Así, queridos herman@s les envío el fraterno abrazo y el deseo de mucha fuerza y esperanza para los que creen y los que no creen.
Bienvenid@s al abrazo de la gran familia humana y…¡¡¡¡¡¡ Feliz Navidad!!!!!!.....
Adolfo Pérez Esquivel
25 de diciembre del 2008