Abxlapaz, 2 de octubre de 2011. Somalia: hambruna, muerte y piratas (de Luis Ángel Aguilar, adaptado por Albacete por la Paz).
Hoy, en el día Mundial de la No violencia, queremos hacer lectura de este texto porque el hambre es una forma violenta de reprimir a la población.
Primero les robamos su petróleo, después les quitamos su pesca, más tarde les arruinamos sus aguas usándolas de vertedero nuclear y basurero radioactivo. A continuación especulamos con su deuda externa, beneficio para su dictador y sus socios, el BM y el FMI. Finalmente, les hacemos que paguen 7 veces más por su cereales cotidianos, como el sorgo -cuyo precio se eleva al antojo de las multinacionales en la bolsa de Chicago-; y cuando la hambruna ya es inevitable, llegan la ONU y la FAO para certificarla, contabilizar los miles de muertos y pedir ayuda internacional ante el más que presumible empeoramiento de la situación en el cuerno de África.
Rápidamente, eso sí, Cáritas y Cruz Roja, abren sendas cuentas, obviamente en los bancos que nos han metido en esta crisis, y entre eso y la parafernalia de la visita del Papa, cuya iglesia ha prometido una limosna de 50.000€ (ridícula en comparación con los 50 millones de la JMJ), ya se nos olvida el problema, desaparece de los medios y así, ni nos preguntamos, ni nos cuestionamos, ni nos creemos las verdaderas causas de lo que está pasando en Somalia, que no son -como dice la FAO- la grave sequía.
La hambruna de Somalia no está ocasionada principalmente por la sequía, ni por las malas cosechas. La crisis alimentaria, tiene sus causas en un racimo de injusticias, agresiones, saqueos, dictadura, imperialismo, capitalismo y faltas de escrúpulos de quienes buscan el beneficio de los grandes capitales a toda costa y a cualquier precio.
Frente a la prensa oficial, adalid de la desinformación, en la prensa alternativa o en vídeos como el documental de 23 minutos titulado Piratas, producido y dirigido por Juan Falque, vemos quiénes son los verdaderos piratas de los mares: los que siguen pescando ilegalmente en aguas somalíes con banderas compradas a 500€ y los que en aquel país siguen dejando y vertiendo las basuras nucleares de los países ricos, verdades y otros expolios que nos cuentan también desde webs como UMOYA y los comités de solidaridad con el África negra.
Para colmo, según una de las conclusiones habidas en encuentro reciente de unos 200 representantes de ONG de todo el mundo, "Los recursos destinados por los gobiernos en 2008 a rescatar entidades financieras fueron 20 veces superiores a los destinados a la lucha contra la pobreza en los últimos 50 años". El hambre en el mundo acabaría si se destinara un 1% de lo aportado por los gobiernos a rescatar a los bancos en la actual crisis financiera. Ésta "no puede servir de excusa" para erradicar la pobreza. La ONU calculaba en julio que se necesitarían 1600 millones de dólares para paliar los estragos de la hambruna en Somalia (la intervención de la CCM por el Banco de España supuso la inyección de 9000 millones de euros).
Así, y también quizá como propone la Red por la Abolición de la Deuda Externa y la restitución de la Deuda Ecológica, para minimizar los problemas del Cuerno de África, debería cancelarse la deuda externa somalí, retirar las operaciones militares de la zona -sobre todo la operación Atalanta-, impulsar medidas contra la especulación financiera con los alimentos, y darle salida a los alimentos de la OMC como paso previo para el impulso de un modelo agroalimentario más localizado y basado en la seguridad alimentaria, pues, a pesar de que EEUU y la Unión Europea imponen la hambruna en Somalia, ¡sí se puede acabar con el hambre y la pobreza allí y en todo el planeta!