Veinte años después, en Bruselas, activistas antimilitaristas de 17 países realizamos una acción directa y no violenta a la sede de la Otan en Europa. Un auténtico ejejejército de activistas que fue capaz de rodear pacíficamente su sede y tocar su preciada e impoluta valla metálica. 60 personas saltaron, otros lo intentamos, todos fuimos detenidos. Los militares y policías belgas tuvieron miedo en esta acción, por eso usaron la violencia para frenar a jóvenes, ancianos, clowns, flautistas, poetas , activistas, hombres y mujeres que desafiaron el miedo que la Otan produce. Ese mismo día, la Otan actuaba en Irak y Afganistán con toda su potencia.
Los activistas que participamos no somos cándidos ni héroes, ni gente activa que se mueve sin parar por una causa. Un activista es aquel que hace algo en lo que pone el acento y abre nuevas vías de trabajo. Hace cosas aparentemente imposibles, con asertividad, con principios, con denuncia para acercar a esa utopía contagiosa de la Paz. Por tanto la gente que participamos asumimos que el salto de la valla fue nimio y simbólico para los crímenes que esta organización armada ha realizado a lo largo de su historia. La acción Game Over Otan (Se Acabó el Juego de la Otan) fue, como aquella que movilizó al movimiento anti-Otan en el 81 con la 1º Marcha a Torrejón, una protesta pacifista de denuncia por crímenes contra la humanidad y cuyas actuaciones, por ejemplo, violan la Ley Humanitaria Internacional que declara ilegal las armas nucleares en cualquier parte del Mundo. La Otan las trajo a Europa y las despliega por el mundo.
Para la gente de Albacete ha servido para recopilar más datos, para ver cómo manipulan y engañan a la población con informaciones falsas. Hemos visto el cambio de papel de los ejércitos en las intervenciones armadas, la denuncia de su humanitarismo, la situación de sus bases en Europa, sus crímenes con fechas y lugares, la situación de Albania, Polonia , y por añadidura la instalación de la escuela de pilotos, TLP, de la Otan en Albacete. Antes en Alemania, en Bélgica y ahora con intrusismo, maniobras interesadas y mentiras la traen a la Base de los Llanos. Las autoridades cicateras dicen que «no llevarán armamento en sus entrenamientos tácticos», cuando un Mirage per se es un arma, como lo es un Tigre independientemente del calibre de su munición. «Que no habrá vuelos nocturnos y que es poco el ruido que producirán», cuando cualquier vecino de la provincia lo puede contrastar. Falacias con las que nos quieren vender amablemente y con la etiqueta de progreso un futuro de guerras y un made in Albacete a la actividad más mortífera de la historia de la Humanidad. Seamos claros, Albacete es la provincia más militarizada de España.
Metieron un pie en la puerta y ahora se han colado, con la diplomacia de mercadillo de la cúpula del PSOE y por la pasividad de la sociedad. Sólo la respuesta social es capaz de frenar que en el cielo y en la tierra de Albacete se colabore en la preparación de la guerra. Proponemos adaptar el viejo lema al habla manchega: Otan no ni ná, redundando en nuestra negación a que se instalen más este aparataje militar en nuestra Tierra.
Esta experiencia internacional ha servido para ver que el antimilitarismo es creciente, que hay redes para trabajar contra el militarismo globalizado, que la acción directa no violenta en momentos concretos hace correas de reflexión y de respuesta, y que hay más gente, más activistas en Albacete de los que realmente fuimos a Bruselas, gentes que sin saltar la valla, son antimilitaristas. Nos ha servido para decirle a la Otan que si nos colamos en su jardín de Bruselas, ellos se cuelan en Albacete con su escuela de la muerte aérea y con muchos quilos de bombas y metrallas en muchas partes del mundo, y para seguir diciendo Otan no ni ná y Base (aérea de los Llanos) Fuera, allá donde toque.
Antonio Jesús Gómez López y Julián García Olivares pertenecen al Movimiento de Objeción de Conciencia y a la Internacional de Resistentes a la Guerra
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