Hace un tiempo, en un viaje fuera de nuestras fronteras, en un restaurante miré distraídamente los cubiertos sobre la mesa y observé que llevaban la inscripción “Albacete inox”. Pensé: ¡ qué bien que podamos exportar nuestros productos ¡
Ahora me asalta una duda: si en cualquiera de las guerras en las que estamos inmersos como integrantes de la OTAN, (no hay nada como las guerras lejanas y televisadas), veo helicópteros TIGRE con la inscripción “made in Albacete”… ¿debo alegrarme o echarme a llorar de vergüenza?
Cuando veo en los periódicos que los políticos brindan porque se entregan los primeros helicópteros en la factoría de Albacete y porque se entrenan sobre nuestras cabezas en la Escuela de Pilotos de la OTAN en Albacete para matar más certeramente ...¿debo unirme a su alegría y brindar con ellos o sentirme profundamente triste?. En Afganistán, más de la mitad de las víctimas son mujeres y niños. Todo un dato.
Creo que es hora de plantearse si la economía debe estar por encima de la ética. En caso afirmativo sugiero una idea: instauremos la pena de muerte; entre verdugos, médicos y sepultureros habremos creado unos puestos de trabajo y daremos saltos de alegría.
Espero que, además de ser autoridades legales también sean autoridades éticas y me aclaren estas dudas que me asaltan.
Atentamente
Un confuso.