jueves, 12 de noviembre de 2009

Campaña retirada Tropas de Afganistán.

Tomado de Kaos en la Red.

Es cada vez más evidente que Afganistán vive bajo condiciones de ocupación militar y guerra. No se está reconstruyendo el país. No se ha llevado la democracia a Afganistán. No se ha liberado a las mujeres afganas. La ocupación sólo trae más muertos, tanto entre la población afgana como entre las tropas ocupantes. Los mismos motivos que existían para retirar las tropas de Irak en 2004 se aplican al caso afgano hoy.

Pero lejos de retirarse de Afganistán, el gobierno español participa cada vez más en la ocupación. El envío de 220 soldados más y el hecho de asumir el mando del aeropuerto de Kabul son sólo los ejemplos más recientes de esta deriva. El gobierno intenta, en todo momento y contra toda evidencia, presentar al ejército español como a una o­nG, y disfrazar la ocupación de misión humanitaria. En esto recibe la ayuda de la prensa que, a diferencia de en 2003, está casi unánimemente a favor de la guerra y la ocupación.

A pesar de todo, la mayoría de la opinión pública en el Estado español sigue oponiéndose a la actual presencia militar en Afganistán. Sólo el 3% de la población (y sólo el 1% de las mujeres) apoya la política del gobierno de enviar más tropas. Un 41% defiende la retirada (subiendo a un 47% entre las mujeres), y otro 19% favorece una reducción del contingente. (Datos del Barómetro del Real Instituto Elcano - Resultados de Junio de 2009. Pero el hecho de que el envío de más tropas a Afganistán tenga incluso menos apoyo del que tenía la guerra en Irak en 2003, es ignorado.

Las entidades abajo firmantes hemos acordado impulsar una campaña para hacer oír esta opinión mayoritaria, exigiendo la retirada de las tropas de Afganistán y rechazando el envío de más efectivos.

Al hacerlo, no nos olvidamos de los otros problemas actuales y urgentes de un mundo afligido por las crisis económica y ecológica, sino todo lo contrario. Estas crisis están íntimamente relacionadas con la guerra en Oriente Medio. Los enormes gastos militares —nunca justificables— ahora además restan recursos a fines sociales, como el apoyo a las personas sin trabajo y a sus familias. Y todo el mundo sabe que estas guerras y ocupaciones son fruto de una economía basada en el petróleo, que es la causa principal del cambio climático.

También somos conscientes de que la reputación del Estado español está en juego en Afganistán. Con su participación en la ocupación, el gobierno español busca mejorar su imagen en la OTAN y el G20. Creemos que su reputación internacional ganaría mucho más si defendiese los principios de paz, y retirase las tropas, al igual que hizo en Irak en 2004. Si esto es incompatible con la participación en la OTAN, entonces es un motivo más para retirarse de esta alianza bélica, que debería disolverse de todas formas.

No será fácil conseguir la retirada de Afganistán, pero sabemos que mientras continúe la ocupación será imposible lograr avances sociales en este país. El pueblo afgano ya ha sufrido 30 años de guerra; le debemos nuestra solidaridad y nuestros esfuerzos para contribuir a que viva en paz.

Las entidades que colaboramos en la Campaña por la retirada de las tropas españolas de Afganistán, nos comprometemos a movilizarnos para conseguir este objetivo.

Iniciamos la campaña con una jornada de sensibilización, acción y movilización, el sábado 28 de noviembre. Iremos enviando más detalles de las movilizaciones en las diferentes ciudades durante las próximas semanas.

Ahora como siempre, ¡no a la guerra, fuera las fuerzas de ocupación!
¡Regreso inmediato de las tropas españolas!
¡Solidaridad con el pueblo de Afganistán!
Por la paz, el trabajo y un mundo sostenible


Entidades adheridas
Plataformas antiguerra y Foros Sociales
Canarias por la paz
Foro Social de Jaén
Foro Social de Segovia
Foro Social de Sevilla
Foro Social de Tomelloso
Grupos de Iruña contra las Guerras
Plataforma Aturem la Guerra, Barcelona
Plataforma contra la guerra de Afganistán, Madrid
Plataforma contra la Militarización de Albacete
Red solidaria contra la ocupación de Palestina

Otros movimientos sociales
Asociación al-Quds de Solidaridad con los pueblos del mundo árabe
Asociación andaluza por la solidaridad y la paz - ASPAAsociación de Amistad con Cuba “Bartolomé de las Casas” de Sevilla
Asociación de Mujeres Rondilla, Valladolid
Asociación Vecinal Rondilla, Valladolid
Centre d’Estudis per la Pau JM Delàs, Barcelona
Colectivo de Educación Social y Noviolencia Buenaespina de Jerez de la Frontera (Cádiz)
Comité de Solidaridad con la Causa Árabe
Comité de Solidaridad con la Causa Árabe, Asturias
Coordinadora de apoyo a Palestina, Rioja
Ecologistas en Acción (Confederación estatal)
Ecologistas en Acción, Adra
Ecologistas en acción, Andalucía
Fundación Rondilla, Valladolid
Komite Internazionalistak
Red MEWANDO Euskadi
OSPAAAL Galicia
OSPAAAL - Solidaridad de Cádiz
Plataforma de solidaridad con Palestina de Sevilla
Red de Mujeres de Negro
Sodepaz
Sodepaz Balamil (Valladolid)
Valencia Solidaria

Sindicatos
USTEC-STEs (IAC)
CAT-País Valencià-Col.lectiu Autònom de Treballadors/es
CGT de Catalunya

Organizaciones políticas
Aralar
Asociación Socialismo XXI
Izquierda Unida
Esquerda Unida
EUiA
Iniciativa per Catalunya Verds
Iniciativa socialista de izquierdas-ISA
Izquierda Anticapitalista
Ezker Alternatiboa
Revolta Global-Esquerra Anticapitalista
FARGA (Forum anticapitalista per la reflexión i generació d’alternatives).
Partit dels Comunistes de Catalunya
Partit Humanista
PSUC viu

Manifiesto de Madrid: Ayer Iraq, hoy Afganistán: ¡Fuera las tropas de ocupación!
A estas alturas de la historia ninguna persona medianamente informada duda ya de que la llamada ‘Guerra de Afganistán’ es un episodio más de la ya larga batalla que libran los países occidentales, con EE.UU. a la cabeza, por dominar el Oriente Medio, tanto en términos geopolíticos como a causa de sus recursos naturales, especialmente los energéticos.

En esa macro-operación diseñada por las multinacionales norteamericanas y ejecutada por los gobiernos de Estados Unidos a su servicio, se enmarca tanto el conflicto de Afganistán como las dos invasiones de Iraq de 1991 y 2003, además de servir de telón de fondo para entender las tensiones forzadas con Irán o la interminable agresión israelí sobre el pueblo palestino. La carrera por la hegemonía estratégica y el control de los recursos (gas y petróleo, principalmente), en Oriente Próximo y Medio convierten todas estas batallas en episodios de una larga guerra de corte netamente imperialista en la que participan los gobiernos europeos, sumisos y cómplices de la estrategia imperial norteamericana. Colonialismo y poder político unidos, dos de los ingredientes del imperialismo tradicional.

Justificar estas ocupaciones militares como ‘lucha contra el terrorismo’ (como si los pueblos en su totalidad fueran terroristas), ‘misiones de paz’ ‘operaciones de reconstrucción’, ‘implantación de la democracia’…etc., son eufemismos propagandísticos que a casi nadie convencen.

La mayoría de la opinión pública en el Estado español sigue oponiéndose a la actual presencia militar española en Afganistán. Sólo el 3% de la población (y sólo el 1% de las mujeres) apoya la política del gobierno para enviar más tropas. Un 41% defiende la retirada (subiendo a un 47% entre las mujeres), y otro 19% favorece una reducción del contingente, según el Barómetro del Real Instituto Elcano.

A nivel internacional, crecen a diario las reacciones contra la participación en esa ocupación militar: en Italia, (cada vez que muere un soldado), en el Reino Unido (con manifestaciones masivas), en EE.UU. el mismísimo presidente Obama ya no se atreve a enviar los 40.000 soldados más que le reclama el mando de la OTAN, por las resistencias populares internas que le hacen perder popularidad a gran escala.

Como siempre, la ocupación sólo está teniendo un resultado claro: muerte y más muerte, tanto entre la población afgana como entre las tropas ocupantes.

Ni el país se está reconstruyendo ni las condiciones de vida mejoran. La presencia de las tropas imperialistas en Afganistán sólo supone terror en la vida cotidiana, registro de casas, detenciones arbitrarias, y sobre todo bombardeos de civiles.

La situación de las mujeres bajo el régimen talibán, que tanto escandalizó al mundo, apenas ha variado. Un 60% de las mujeres todavía son obligadas a casarse siendo niñas, a edades tan tempranas como los seis o los nueve años. Casi el último acto del gobierno de Karzai antes de las elecciones fue aprobar una ley que autoriza a los maridos chiítas a privar de alimentación a sus mujeres si no los satisfacen sexualmente al menos una vez cada cuatro días. Lo que refleja que la administración actual de Afganistán no depende de la propia población, sino de las fuerzas de ocupación y de los sectores ultraconservadores que las apoyan, por un precio.

No se ha llevado la democracia a Afganistán. La administración actual de Karzai está acusada de corrupción e incompetencia incluso por las autoridades estadounidenses que la instalaron. Esto no debe sorprendernos, si recordamos que Karzai fue un ejecutivo de una empresa petrolera americana (UNOCAL), y su gobierno incluye señores de la guerra y narcotraficantes. Las últimas elecciones no han mejorado la situación. Han sido tan claramente fraudulentas que el gobierno afgano se plantea volver a convocarlas. Una democracia de verdad no se puede construir bajo la ocupación militar.

Ante la debilidad e ineficacia de la administración afgana y los abusos de la ocupación han permitido que los talibanes se recuperasen del desprestigio que sufrieron en 2001. De hecho, la resistencia ante las tropas invasoras no está formada sólo por los talibanes, sino por buena parte del campesinado que ha perdido familiares bajo las bombas de la OTAN, o ha visto sus campos arrasados en la “guerra contra la droga”. No olvidemos que con la ocupación el opio ha vuelto a ser el principal negocio del país.

La participación en la ocupación de muchos países europeos, bajo mandato de la OTAN, no mejora la situación en absoluto. Este fracaso militar está sirviendo para poner en cuestión, una vez más, la utilidad y eficacia de una Alianza militar para el intervencionismo y las ‘guerras preventivas’ que ha entrado en crisis precisamente a causa de las resistencias populares que provoca en todo el planeta. Los gobiernos europeos tienen ante sí el reto de desmarcarse de esta estrategia imperialista retirando sus contingentes.

Y, en el caso español, la ocupación de Afganistán exige que el Gobierno : a) reconozca la participación española en una guerra tan real e injustificable como injusta; b) abandone la falsa retórica de las misiones de paz o de reconstrucción de un país; c) renuncie a la tentación de ser otro ‘alevín’ del imperialismo norteamericano, desmontando las bases militares españolas en Afganistán y en Asia Central (Manás en Tayiquistán o los actuales intentos en Kirgyzstán); d) acepte que la intervención en Afganistán no es esencialmente diferente de la participación en Iraq, de donde el actual gobierno retiró las tropas; e) promueva un plan de reconstrucción de Afganistán, sobre la base del reconocimiento de la soberanía afgana.

Hoy, cuando la población trabajadora sufre los peores efectos de la crisis, cuando más de 1 millón de familias sin trabajo han perdido toda protección social, dedicar 51 millones de euros diarios a gastos militares es simplemente una inmoralidad que no podemos soportar. La situación actual exige reorientar las prioridades del Gasto Público y dedicar los gastos militares a gastos sociales.

Por todo ello el movimiento anti-guerra del Estado español convoca a la población a movilizarse, igual que lo hizo en 2003, ahora contra la Guerra en Afganistan, participar en las protestas que se organizan elsábado 28 de noviembre en todo el estado y, concretamente,acudir a la manifestación que partirá de Atocha ese día a las 18:00.

POR LA RETIRADA DE LAS TROPAS DE AFGANISTÁN
¡OTAN, NO!
¡NO A LA GUERRA!


Plataforma contra la Guerra de Afganistán – Madrid
[La Plataforma está abierta a colectivos y organizaciones que quieran sumarse. Primeros integrantes: Asamblea contra la guerra, Comité de Solidaridad con la Causa Árabe, Corriente Roja, Cristianos de Base, Cristianos por el Socialismo, Iniciativa Comunista, Izquierda Anticapitalista, Izquierda Unida, Juventud Comunista de España (Marxista-Leninista), Partido Comunista de España, Partido Comunista de España (Marxista-Leninista), Partido Comunista de los Pueblos de España, Partido Humanista, Plataforma de Ciudadanos por la República, Republicanos Zona Sur de Madrid, Socialismo Libertario, Unión de Juventudes Comunistas de España, Unión Proletaria y Vía Democrática]