Desde que George Bush lanzara su indigna, ilegal e inmoral guerra contra Afganistán con el cínico lema de “Libertad Duradera”, allá por el año 2001, nada de lo pretendido con esa interesada invasión se ha conseguido: Ni el pueblo afgano está mejor que antes, ni Bin Laden ha sido capturado, ni la producción de opio, aniquilada, ni las mujeres han dejado de estar bajo el yugo de sus maridos, ni se ha reconstruido el país, ni se han restituido las libertades. Para colmo, las elecciones (para las que mandamos como excusa otro batallón que aún sigue allí) han sido un fraude confirmado, y nuestra misión, claro que no era humanitaria.
España, lejos de cuestionar toda esta locura, solo ha querido hacer méritos ante Obama, mejorar su imagen en la OTAN, recuperar el crédito perdido con su salida de Kosovo, y ganar puntos en el G-20. Por ello, ha enviado tropas repetidamente (en la actualidad contamos más de 1500 militares). Zapatero, se desentiende nuevamente de su inconcreto programa electoral y actúa de la misma manera que en su día prometió el PSOE; recuerdan: “OTAN de entrada NO”, y ya ven donde hemos llegado.
Estamos ante una misión agotada, cada vez más costosa, y que además está siendo de las más sangrientas y mortíferas, pues hasta la fecha, ha costado 87 vidas a soldados españoles y esto sólo puede ir a peor. Incluso aceptando que fuera una misión de paz, que sabemos que no lo es, lo cierto es que se desarrolla en una zona de guerra, con una escalada militar que ha cambiado las características de nuestra participación, sobre todo tras los bombardeos de Kunduz, en septiembre pasado y donde la mayoría del centenar de muertos eran civiles.
Creo que a nadie se le escapa, que Irak no es tan distinto de Afganistán. Pero si esto es así, yo pregunto:
Al Sr. Zapatero, ¿Por qué ahora no vuelven nuestras tropas, como entonces, máxime cuando llevamos más de 1000 civiles muertos?
Al mundo de la cultura, ¿Dónde están vuestras chapas y pegatinas del ¡NO! A LA GUERRA?
Y a la ciudadanía en general, ¿donde están esos miles de manifestantes contra la guerra de Irak?, ¿Acaso entonces era por ir contra el Gobierno de Aznar (a quien dicho sea de paso Dios le tenga en su gloria, no porque haya muerto, -aunque si haya pasado a mejor vida-, sino cuando le toque)?
Hoy más que nunca, es preciso movilizarse. Necesitamos un país que vuelva a gritar por la Paz; necesitamos un mundo de la cultura que siga siendo valiente y comprometido; necesitamos una izquierda más coherente e implicada; y necesitamos unas organizaciones sociales más críticas e independientes. Aunque se me pueda tachar de mitinero o acusar de lanzar arengas pacifistas en tiempos de crisis, os animo a que pidamos el regreso inmediato de nuestras tropas, que nos manifestemos en solidaridad con el masacrado pueblo de Afganistán y que nos movilicemos por una verdadera “cultura de la Paz”.
Luís Ángel Aguilar Montero