jueves, 18 de febrero de 2010

De la necesidad de los activistas y de la acción noviolenta.

Recientemente en Albacete, coincidiendo con la II Convención sobre Cambio Climático y Sostenibilidad, hemos sido testigos de diversas acciones noviolentas y reivindicativas.

Queremos denunciar la escasa repercusión que estas acciones han tenido en los medios de comunicación. Varios colectivos de la ciudad, entre los más activos la Plataforma contra la Militarización de Albacete, realizaron una serie de acciones: el día de la inauguración de la convención (donde no había lugar para aparcar bicicletas y casi ningún congresista utilizó medios no contaminantes para desplazarse), varios miembros de la Plataforma se acercaron en bicicleta portando carteles en los que se pedía menos espacio para la guerra y más para las bicicletas; en la puerta se colocaron dos pancartas en las que se decía “no” al TLP de la OTAN, entre otras razones, por su altísimo coste medioambiental; además un miembro de la Plataforma, disfrazado de PAZyaso, denunció la hipocresía de una convención diseñada "para salir en la foto" y que no resolverá absolutamente nada; el jueves, medio centenar de Ciclistas Urbanos de Albacete (CURBA), mediante una marcha hasta el Palacio de Congresos (sin acceso por carril bici), reclamaron más inversiones que faciliten y promuevan el transporte en bicicleta; esa misma noche, cinco PAZyasos dijeron que Albacete no era la ciudad de la Paz sino de la guerra, en la entrega de premios de la Fundación Baile de Civilizaciones. ¿Qué ha salido en prensa? Poco o nada.

Pocos medios han dado una mínima cobertura a estas acciones noviolentas y que no interrumpieron, en ningún caso, a ningún interviniente ni impidieron la realización de ningún acto. Cualquiera que escuche sus mensajes se dará cuenta de que lo que dijeron no era ni una mentira ni una locura, es más, lo piensa mucha gente. La apuesta económica de Albacete es la industria aeronáutica (sumamente contaminante y responsable de gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero), aparte del TLP de la OTAN o de la construcción indiscriminada de autopistas. Por esto, alguien tenía que decir que organizar una convención sobre cambio climático en una ciudad que no es, para nada, un ejemplo de sostenibilidad, es sumamente hipócrita. El hecho de que en la inauguración los profesionales, profesores y científicos estaban en una sala aparte y que la sala principal se llenó con amas de casa, asociaciones de vecinos y de consumidores llevados en autobuses, es sólo un ejemplo del fin y la hipocresía de la convención.

Estos activistas deberían ser más respetados que muchos políticos y empresarios que se llenan la boca de ecología frente a las cámaras, pero que se la llenan de CO2 en cuanto tienen ocasión, financiando y promoviendo el desarrollo basado en la quema de ingentes cantidades de combustibles fósiles y en el consumo exacerbado.

Con esta reflexión quisiéramos reclamar respeto y protagonismo a estos activistas, a esta gente que se queja, que protesta con argumentos. El resto deposita su voto una vez cada 4 años y da carta blanca a unos políticos irresponsables y sin formación. Si estos activistas pacíficos no hubieran denunciado nada, no lo habría hecho nadie.

Alberto Nájera - Físico de la Atmósfera
Ángel Luis Arjona - Historiador y Guionista

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Actualización 23-02-10: ¿Una contestación¿?Un apoyo? No sé, pero cita este artículo en Confidencialba por Moisés García.